martes, 5 de agosto de 2014

LA FRONTERA PROHIBIDA

No es que sea supersticioso, ni mucho menos, de hecho tan pronto como pude, me dirigí con mi bici hasta ese sendero donde tuvo lugar el fatal accidente. Me gusta eliminar los miedos tan pronto como puedo… retrasar en el tiempo este tipo de acciones solo llevan a enquistarlos, muchas veces irracionalmente… pasto seguro para las fobias y supersticiones.
 
 
Aún así he de reconocer, que desde aquel día, siempre pedaleaba por lugares transitados o en compañía. Al principio, por temor a que todo se pudiera repetir y poco a poco por el miedo a una caída que pudiese complicarse debido al tratamiento que llevo desde entonces.
 Yo que siempre he sido un “lobo solitario” en mis rutas BTT... Pocas salidas en bici disfruto tanto como cuando subo al monte en solitario, a mi ritmo y por los caminos que me va marcando mi intuición, en ocasiones por caminos bien conocidos, en otras investigando todo camino que se cruza en mi pedaleo.
 
 
Estar perdido durante horas y al final encontrar el regreso a casa. El placer de pedalear sigilosamente por el bosque escuchando los sonidos a mí alrededor, llegando a lo más alto de la sierra para desde allí disfrutar de impresionantes paisajes que solo los deportes y actividades de montaña pueden proporcionar.
En varias ocasiones llegué hasta el comienzo de aquel sendero que siempre fue el comienzo de grandes historias y que ahora era tabú… la frontera prohibida. Sentía pánico y me daba la vuelta… “demasiado arriesgado seguir en solitario” me decía.
 
 
Una calurosa mañana de Julio llegaron los resultados de hematología, como desde aquel día, todo buenas noticias, eliminando cualquier problema que hubiera dado lugar a aquel episodio. Exultante llegué a casa, era el momento de enfrentarme de nuevo a aquel sendero y por fin atravesarlo para adentrarme en el bosque, en solitario, como a mí me gusta… y así lo hice.
Desde ese día han sido muchas las salidas. Con amigos y compañeros, y en solitario. Aquellas más complicadas las dejo para los fines de semana, cuando en el caso de salir en solo, sé que me voy a encontrar muchos otros bikers disfrutando de esta afición.


 
Ha sido un mes de Julio como hacía mucho tiempo, como los de antaño. Muchos kilómetros por el monte, algún nuevo sendero para enseñar a los amigos, recuperando sensaciones y  disfrutando de nuevo del mountainbike. Reconozco que tras la QH me encontraba saturado y cansado, pero parece mentira, del mountainbike nunca me canso. 
He vuelto a recuperar la buena costumbre de llevar siempre cámara de fotos, para dejar constancias de mis andanzas e incluso me he permitido el lujo de dedicar alguna salida a grabar algún video. Os dejo un enlace con el resultado.
 

Los riesgos siguen existiendo, una simple caída o golpe puede tener mayores complicaciones que en una persona normal, pero sigo unas pautas que creo que todo aficionado al BTT y a la montaña en general debería seguir:
- Informar en casa de la ruta o de la zona por la que voy a andar, hora prevista de llegada.
- Conocer bien la zona por la que me voy a mover para que en caso de accidente pueda explicar con claridad donde me encuentro.
- Llevar un dispositivo GPS es muy útil pues hasta puedes dar tus coordenadas exactas.
- Llevar el móvil con la batería suficiente, para informar.
- En la mochila o en el maillot siempre llevo un pequeño botiquín de primeros auxilios.
- Un mínimo de sentido común, para valorar los riesgos que se asumen sobre todo cuando uno está en el monte en solitario.
 
Por suerte he vuelto a recuperar mis rutas en solitario y disfrutarlas al máximo, aunque si te cruzas en mi camino una buena compañía en la ruta nunca viene mal.

 

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