Otro año más, me acerqué al
idílico valle del Toggenburg (Suiza) para disfrutar de unos días de
tranquilidad, buena gastronomía y …. Por supuesto, Mountainbike.
Podía hacer una crónica de las
rutas que he realizado este año, pero sería quizás repetirme, ya que las he
comentado sobradamente en la cuenta del blog en Facebook. Así que, después de
varios años ciclando en verano por la zona, quería hacer un análisis desde el
punto de vista de un visitante a la zona amante de la bici de montaña y que se
enfrenta a la “necesidad” de disfrutar de su deporte favorito en un lugar
desconocido.
Pero a decir verdad, víctimas del
éxito del senderismo y siempre en su obsesión de no hacer coincidir a bicis y
senderistas en los mismos caminos, la mayoría de las rutas oficiales de BTT adolecen de alguno de lo ingredientes de cualquier ruta que se precie y por lo general poseen mucho asfalto para mi gusto, lo cual es una pena para una zona con miles de kilómetros de
senderos.
Una ventaja que proporciona el éxito
del senderismo en verano y el esquí en invierno, es la desarrollada
infraestructura de apoyo a actividades al aire libre que existe en la zona:
trenes de cremallera y teleféricos que te llevan a las zonas altas del valle
rápidamente, un marcaje de las rutas y senderos impecable (diría que es prácticamente
imposible perderse) y por supuesto un bar/restaurante en lo alto de cada
montaña y es que al buen senderista suizo le gusta degustar una cervecita fresca
cuando llega a la cumbre, mientras disfruta del paisaje.
Otro aspecto importante a la hora
de entender como son las rutas de BTT en el Toggenburg es la actividad
económica de la zona. Ferviente defensora de sus tradiciones y de la actividad
ganadera, el valle tiene una buena red de pequeñitas y estrechas carreteras que
llevan hasta la parte alta de las montañas donde los ganaderos llevan su ganado
(vacas y cabras) en verano.
Una ruta por el Toggenburg es una
inmersión en la cultura ganadera y en las tradiciones. Casi seguro que en
alguna parte de la ruta tienes que vértelas con las vacas o lo que es peor con
la cabra toggenburg, propia de esta zona y enemiga del biker por naturaleza, jaja.
Cuando subes a las zonas ganaderas de la montaña, parece que retrocedes en el tiempo y con un poco de suerte puedes escuchar los típicos cantares “vacanos” y la melodía de…, perdonar mi ignorancia, esa trompeta inmensa que tocan ellos y cuyo sonido resulta extraordinariamente tranquilizador. Estos suben a lo más escarpado de la montaña y desde lo alto comienzan a tocar, pudiéndose oír su sonido desde varios kilómetros a la redonda.
La clave, para alguien como yo, que busca pisar lo menos posible zona asfaltada y disfrutar al 100% del mountainbike, es investigar que caminos senderistas son ciclables y luego en ruta tener especial cuidado en estos tramos. Lleva tiempo, algo de lo que no se dispone cuando vas de vacaciones y tienes la agenda llena de cosas para hacer. La solución está en descargar rutas oficiales o no, en la red se encuentran muchas por la zona y eso nos lleva irremediablemente al siguiente punto.
Si sigues una ruta diseñada por alguien de la zona seguirá casi
siempre el mismo patrón, subida por carretera (de estas que he comentado) y
pista en buen estado, pero dada la orografía, con duros porcentajes y luego
unos descensos de vértigo por zonas rocosas, empinadas y técnicas… y es que a
poco que conozcas la zona, descubres que es perfecta para practicar el enduro y
el descenso… siempre que no se cruce algún senderista. De hecho en la zona
dentro de las disciplinas del BTT la que se debe practicar de manera
generalizada es el enduro. No vi una bici “no doble” en todas las vacaciones y
casi todo el mundo con protecciones y no es para menos.
A parte, varias travesías y rutas a nivel nacional pasan o se localizan en el valle. Entre las travesías: la Panorama Bike (una de las 3 grandes travesías que atraviesan Suiza), la Hörnli y la Wildmannli. Estas dos últimas, menos conocidas, pero más interesantes, en mi opinión. Entre las rutas dos de las de renombre: Chrüzzegg y Ölberg. Ambas calificadas como difíciles.
La estampa turística y característica del valle es el Churfisten una “hilera” de montañas en forma dentada de gran belleza y que puede divisarse desde gran parte del valle, varias rutas oficiales explotan su imagen. En la cima de uno de sus picos y con el lago Walensee de fondo,se encuentra uno de esos lugares espectaculares, catedral de salto base y una de las estampas clásicas del mountain bike en Suiza, utilizado por varias marcas de bicis en sus campañas publicitarias y muchos bikers se han hecho esa foto para dejar con la boca abierta a sus compañeros… algún día subiré para hacerla, pero lo cierto es que ninguna ruta pasa por ahí y hay que subir en teleférico únicamente para hacerse la foto.
Lo mismo ocurre con las cascadas del Thur, lugar maravilloso y accesible por sendero, pero lugar no incluido en ninguna ruta oficial, pero en mi opinión indispensable su inclusión en cualquier ruta btt turística que se precie. Para acceder bien por sendero llano desde el pueblo de Unterwasser o por el bosque con un descenso con raíces que hará las delicias de cualquier amante del BTT que se precie.
Para finalizar… ¿merece la pena
acercarse al Toggenburg para practicar BTT? Pues, es difícil decirlo, dada la
gran riqueza que tiene Suiza en cuanto a rutas para BTT. Evidentemente yo de
acercarme a una zona, iría antes a la zona sur del país donde se encuentran las
grandes travesías alpinas, aunque hay que estar muy preparado física como
técnicamente para desenvolverse bien. Pero si alguna vez caéis por el
Toggenburg, llevaros la bici, no os arrepentiréis.
Muy interesante, y una zona por la que tambien rodé algo.
ResponderEliminarUN saludo
Sin duda buena zona para pedalear, pero por suerte aquí en Asturias tampoco nos podemos quejar.
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