viernes, 30 de agosto de 2013

CRONICA - GRAND RAID 2013

La  Grand Raid en su recorrido largo (Verbier-Grimentz de 126 kms y más de 5.000 m de desnivel acumulado). El sueño de todo biker y una de esas pruebas que hay que hacer al menos una vez en la vida si eres un aficionado a los maratones BTT.




El día anterior a la gran cita, por la mañana fuimos a reconocer los primeros kilómetros de la prueba y por la tarde fuimos a recoger los dorsales y pasar la inspección técnica de las bicis.

Llega el día señalado, hay que madrugar para desayunar, ya que la salida es a las 6:30 h. Me encuentro muy tranquilo, tengo mi cajón de salida asignado, no hace falta madrugar para coger sitio. Dado mi nivel y que me inscribí hace tan solo un mes me toca salir en el último grupo, muy lejos de los “pros”.


La participación es de lujo, aparte de ser una prueba legendaria, este año es una de las pruebas puntuables de la Copa del mundo de maratón BTT y se encuentran los mejores en esta disciplina.

Como en todas las carreras, la gente sale a dolor, a mí, como viene siendo costumbre me cuesta entrar en carrera y voy perdiendo contacto con distintos grupos.
  

Durante la primera parte de la carrera, los distintos puntos de paso no son nada halagüeños, aún así estoy lejos de los tiempos de corte. En cuanto al recorrido, se alternan todo tipo de terrenos, subidas fuertes, zonas singletrack (algunas realmente técnicas) y mucho asfalto para ir uniendo los distintos tramos.

Bajando la estación de esquí de Nendaz sufro una caída tonta, por sacar el pié del automático, pero por suerte no sufro ni un rasguño. En ese punto se cayó también mi compañero Jose, con peores consecuencias, aunque pudo continuar la prueba.

A lo largo del recorrido la gente anima con el clásico “hop hop” y los avituallamientos son los mejores que he visto en una prueba de estas. Sin duda estamos ante una de las grandes.


A medida que avanza la carrera las sensaciones mejoran de cara a afrontar el paso de los dos colosos que quedan por delante: el Mandelon y el Lonapass.

En la primera parte de la ascensión a Mandelon, empiezo a tener calambres y el calor hace que tenga que poner “el modo ahorro” durante varios kilómetros. Así llego al avituallamiento de Mandelon donde Jose me alcanza de nuevo.


La parte final del Mandelon es maravillosa, primero el recorrido se adentra en el bosque por un sendero con unos paisajes fascinantes. Ya en la cumbre comienza uno de esos tramos que se te quedan en la memoria durante mucho tiempo, “Pedregoso single-track difícil de sortear, es una ruta para temerarios” reza la descripción de la organización, y no le falta razón.

La bajada muy rápida hasta el turístico pueblo de Evolène. A la salida de este la lluvia hace su aparición. Se inicia una primera aproximación al mítico Paso de Lona, ascendiendo hasta Eison.


La subida inicialmente discurre por una pista en buen estado pero poco a poco vamos adentrándonos en distintos tramos singletrack. A cada metro que se asciende las condiciones meteorológicas son peores y el barro complica el paso por los tramos más técnicos.

En el avituallamiento de Eison, se encuentra lleno de bikers resguardándose de las inclemencias del tiempo. Espero a ver si la lluvia amaina, durante 15 minutos solo dos participantes se atreven a continuar.

 

Miro el reloj y se me está acabando el tiempo para llegar hasta el último corte de día, La Vieille (a 2.380 m de altitud), así que tengo que salir o abandonar. Con este tiempo todo apunta a que el paso de Lona va a estar cerrado.

Sé que en alta montaña las condiciones meteorológicas cambian rápidamente, así que sigo la ascensión solo. Cada vez en peores condiciones, incluso graniza y tengo que resguardarme bajo los pinos y aprovecho para llamar a mi mujer y decirle que estoy bien y ver si sabe si la carrera se ha suspendido, me comenta que Jose ha abandonado en Evolène.


Reanudo la marcha, la temperatura desciende de manera brutal y empiezo a sentir frío, pero mientras que sigo en movimiento es llevadero.

De repente, entre la neblina que forma la fina lluvia que cae, veo una imagen fantasmagórica que desciende por el camino, cuando está a unos 10 metros le reconozco, es el biker que me precedía. Le pregunto “¿que pasa?”  “¿han cortado el paso al Lonapass?”.

El chico, un biker belga llamado Emlyn me contesta que no lo sabe, pero que es una locura seguir, estamos a 3 grados y el tiempo cada vez es peor y todavía nos queda más de una hora de ascensión en el mejor de los casos para llegar a la zona de porteo del Lonapass, es una locura seguir…repite reiteradamente.


El chico tiene razón, pero yo nunca he abandonado en una prueba y me resisto a la evidencia. Le miro a la cara y veo que estaba tiritando y siento pánico… finalmente le digo “tienes razón”.

Miro el cuenta-kilómetros y marca km 102 a poco más de 20 kms de meta. Sin duda uno de los momentos más duros sobre una bici, ver que vas bien de piernas y que estas en tiempo de acabar y asumir que va a ser imposible por las condiciones meteorológicas me llena de frustración e impotencia… me siento totalmente abatido. 

Fin.


La crónica completa, la podéis encontrar en el siguiente enlace (recomendado, descargar en pdf para su correcta visualización)




A todo esto, el ganador de esta edición fue Urs Huber, que ya ha ganado esta prueba tres veces, y esta vez por delante de los favoritos Alban Lakata y Christoph Sauser. En chicas , se impuso Ariane Kleinhans, una de las grandes especialistas de XCM suizas, pero que para nada entraba en mis quinielas.



CONCLUSIONES

La Grand Raid es una prueba exigente. Para completarla con éxito hace falta ser un biker completo, tener buen tono físico y un mínimo de técnica.

Sin duda la prueba más bonita en la que he participado. El recorrido se encuentra plagado de panorámicas increíbles.

Todavía sigo dándole vueltas al debate que bici debí llevar “bici suspensión delantera” o “bici doble suspensión”. Puesto que había mucho tramo técnico en los que con la doble hubiera ganado mucho tiempo.

Definitivamente, uno no puede presentarse a una prueba como esta tras dos semanas de vacaciones, que aunque intentes mantener el tono, es realmente difícil. No he llegado en mi mejor forma y eso se ha notado desde el primer kilómetro.

La organización impecable, buen marcaje, gran número de voluntarios, los avituallamientos muchos y buenos, había de todo. Es una prueba que en cuanto a alimentación y bebida se puede hacer sin llevar nada encima y luego surtirte en los avituallamientos.

¿Recomendaría esta prueba? pues sin duda, creo que es una de esas experiencias que hay que vivir, aunque me quedara sin la guinda del Paso de lona… quizás habrá que volver en otra ocasión para completarla.



2 comentarios:

  1. Leída en formato largoooo. Me alucina que recordéis con tanta claridad todas las zonas del recorrido, a mi me cuesta mucho en maratones tan largas no mezclas cosas. La crónica:¡Genial! Gracias pro compartir experiencias.

    Vaya pena con la climatología, pero a partir de 2000m te puede salir cualquier cosa incluso en verano y unas pocas horas.

    Míralo por el lado bueno, tendrás que volver :)

    Ganas en aumento de visitar Europa el año que viene!

    Un saludo!!

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  2. Bien Theo...voy a tener que desvelar el secreto para recordar cada uno de las zonas del recorrido... que yo tengo muy mala memoria eh!!

    Obviamente hay zonas del recorrido que te quedan grabadas en la memoria por siempre... para el resto me abro el track en google earth y así es mucho más fácil.

    Lo del volver, ya veremos, en las circunstancias de este año no se si volvería, tener 2 semanas de vacaciones antes de la prueba no es la mejor forma para presentarse en Verbier...

    ya veremos las circunstancias del año que viene. De momento solo me apetece salir en bici sin ninguna pretensión... ya entrado el otoño pensaré que se puede hacer para el próximo año, que este ha sido todo demasiado improvisado.

    Saludos

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