lunes, 21 de enero de 2013

EL CASO ARMSTRONG (SEGUNDA PARTE)


Nunca segundas partes fueron buenas y esta no va a ser la excepción. Es la segunda vez que escribo sobre este tema, quizás el caso de doping más significativo en toda la historia del ciclismo.

Por fin llegó la emisión de la entrevista a Lance Armstrong en el programa de Oprah Winfrey. No eligió los tribunales, ni una rueda de prensa. Eligió este programa y es que hacer caja a estas alturas de su vida parece muy conveniente.



Las preguntas como siempre en estos casos, pactadas y estudiadas. Resumiendo la entrevista:

·         “¿tomó EPO, hormona del crecimiento, testosterona y se hizo transfusiones de sangre?” A todo contesto un parco “Sí”.

·         Insinuó que en aquella época que gano los tours, todo el mundo se dopaba y que hacerlo era competir en igualdad de condiciones y que por lo tanto no tenía la sensación de “haber hecho trampa”. Calificó el sistema de “una gran mentira”

·         No se hacían muchas pruebas anti-doping fuera de la competición y durante este periodo estaba “limpio”.

·         No pago a la UCI para ocultar positivos.

·         Como siempre en este programa llegó el momento de pedir perdón a compañeros, aficionados, etc.

·         La última parte se orientó más a su ámbito personal y como estaba afectando todo esto en su ámbito más cercano.

Mi primera impresión, es que la entrevista ha sido más “light” de lo que me esperaba, ya que Lance había prometido “tirar de la manta”, algunos le atribuyen la frase “Me dopaba y la UCI lo sabía”, frase que no pronunció durante la entrevista. Seguro que los directivos de la UCI han respirado tranquilos por lo que pudo haber sido, es más, no los ha dejado en mal lugar.

Para no repetirme cada vez que salta a la luz un caso de dopaje, mi opinión, es que el ciclismo se encuentra muy profesionalizado, los sponsors quieren ver su nombre arriba en las pruebas y es lógico que los equipos hagan todo lo que está en su mano para complacer a quién les da de comer, pero una mala imagen puede dañarles enormemente, así que se mueven en un difícil equilibrio.

El límite lo pone la UCI, que tiene que gestionar todo esto y encima enviar a la sociedad los valores que ensalzan a este deporte. A medida que se han ido destapando diversos escándalos la UCI ha ido endureciendo su normativa al respecto, tanto que se ha tenido que llegar a un sistema como el actual tan humillante para el ciclista, solo hace falta recordar el caso Van Impe que lloraba la muerte de su hijo en su funeral mientras “los vampiros” le extraían sangre.

Quizás la UCI debería replanteárselo… o quizás no. Ejemplos como el de la NBA son válidos. Nadie se plantea si toman esto o aquello (siempre que no sea marihuana, claro), lo primordial es dar espectáculo y la gente se divierta viéndolo sin más, eludiendo y ocultando el tema del doping.

Como dice mi buen amigo José Antonio jocosamente “permitamos que compitan todos los que se dopen y eliminemos a los que no lo hagan”.

¿El ciclismo está podrido?… no, simplemente el ciclismo profesional hoy en día es así y así hay que entenderlo y disfrutarlo. Sinceramente, no creo que Armstrong gozara de grandes ventajas respecto a sus competidores. Pero lo que está claro que Armstrong se aprovechó de la situación, el tratamiento de su enfermedad conllevaba sustancias prohibidas y ya que se le permitía competir, el chico se vio con cierta inmunidad y barra libre: EPO, hormona del crecimiento, transfusiones…

Es encomiable, que rápido han salido a decir la UCI y muchos ciclistas profesionales, que eso del doping es cosa del pasado, al igual que personalidades de otros deportes para decir que en su deporte no ocurre lo mismo, hay que defender aquello que les da de comer… no sé, habrá que seguir atentamente si se dan casos de doping durante el 2013, a mí me da que sí.

Me resulta sorprendente compañeros aficionados desde hace muchos años al ciclismo que cada vez que aparece un caso de doping se rasguen las vestiduras y critiquen duramente al ciclista de turno.

Como ya dije en otra ocasión, en cierto modo son víctimas del sistema, cabezas de turco que muchas veces no tienen otra alternativa y que deben ser sacrificados en aras del resto, para justificar que el sistema funciona y está limpio.

Lo mejor creo, es que  sigamos disfrutando del ciclismo sin pararnos a pensar que dentro de unos años el ganador de hoy será el villano de mañana. La historia de este deporte ya se ha reescrito demasiadas veces en los últimos años y me temo que esta no será la versión definitiva.

La gran derrotada de todo este caso, su fundación. Porque no olvidemos que este villano llamado Armstrong, quizás con un poco de egoísmo y tras sufrir el cáncer en sus carnes, empleo parte de su dinero, fama y dedicación a crear uno de los organismos que más dinero a recaudado para investigación de esta enfermedad.

Yo, por lo menos, seguiré llevando mi pulsera de Livestrong y seguiré disfrutando de las espectaculares tardes de ciclismo en televisión.

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