viernes, 12 de abril de 2013

NO SOY ENDURERO

Era un día de otoño, hacía frío y llovía. Hasta entonces había aguantado sin poner culotte largo, pero había llegado el momento. Al ponerlo, quizás por esos “kilitos” ganados durante las vacaciones, escuché un crasssh y aquello que era un pequeño agujerito se convirtió en la falla de San Andrés. Algo tenía que hacer… así que para tapar semejante desaguisado me puse encima el pantalón corto, ese que había llevado hasta hace unos pocos días… al estilo endurero.

Ese mismo día, durante mi ruta, hablando con un biker, este va y me suelta “Es que vosotros los endureros…” , desde entonces ha ocurrido varias veces: un compañero de salidas dice que visto al estilo endurero y mismamente esta Semana Santa mientras tomaba una cervecita con unos chicos con los que había compartido ruta, uno me soltó la frasecita “Tú que yes endurero!”.

Realmente, en mi caso, esa expresión resulta simpática. Aquellos que me conocen saben muy bien que cuando el terreno se pone cuesta abajo y peliagudo soy el primero que me gusta bajarme a “inspeccionar a patita el terreno”, este afán de análisis del terreno hace que en muchas ocasiones sea el último del grupo en los descensos.

Sí, normalmente llevo una “doble” que tiene hasta 150 mm de recorrido, pero está configurada en su versión más maratoniana: cuadro de carbono y raro es que no lleve el bloqueo activado o únicamente 110 mm en la horquilla y 95 mm en la suspensión trasera.
Es cierto, este invierno monté unas ruedas 100% endureras (2,35 en la rueda delantera y misma versión atrás pero en 2,10… con unos tacos que daban miedo y un balón enorme).  Las razones que me llevaron a ello fueron, por un lado quería probar el modelo en cuestión de cierta fama, además quería un extra de seguridad  y quería “lastrar” todo lo que pudiera la bici para que en mis salidas con mis compañeros hiciera un entrenamiento extra… que ciertamente parece que me ha venido muy bien.

En cuanto a la forma de vestir, muy habitualmente en mis salidas utilizo ropa de la marca “Endura”, que por mucho que rece su nombre hace ropa para todas las disciplinas y su máximo exponente a nivel profesional es un equipo de ciclismo en carretera.


Como ya he señalado, llevo un pantalón por encima para tapar el culotte roto y además he visto la ventaja de llevar todos esos bolsillos y evita que se moje la badana. Igualmente las camisetas sueltas las llevo habitualmente, me parecen muy cómodas y tapan muy bien esa barriguita cervecera, jaja.

En la doble, no suelo montar portabidones, así que una mochilita completa “el modelito”. Otro día tendría que contar que llevo en la mochila… si es que llevo hasta manta térmica.

Tampoco es raro encontrarme por parajes donde no hay caminos, ni nada que se le parezca, pero eso es fruto de mi afán por la investigación de zonas nuevas para meter en mis rutas con los amigos, que me hace practicante habitual del “All mountain” en su versión más light… la exploración. Al final me autodenomino “Explorador de tierras conocidas”… que ya está todo descubierto.

Ya lo he dicho soy un bajador desastroso, no sé si la edad o las caídas que he sufrido, me han convertido en una persona que intenta limitar mucho los riesgos que asume. Pero quizás, sí tenga en lo más profundo de mi interior cierta alma de “endurero” y en determinados senderos, trialeras y descensos que conozco si me gusta “desmelenarme” pero siempre es algo puntual y de nivel bajo.

Sin técnica sobre una bici, sin asumir riesgos en mis salidas, pero eso sí con una afición ilimitada por este deporte y ganas enormes de pedalear horas y horas tenía mi disciplina clara… el maratón BTT y lo cierto es que las pruebas de resistencia son en las que más disfruto, dadas mis carencias como biker.

Al llegar a casa aquel primer día que me puse el pantalón corto por encima del culotte largo pude constatarlo… tenía pintas de endurero, pero está claro que en este caso nada más lejano de la realidad… el hábito no hace al monje.


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