martes, 4 de diciembre de 2012

ON THE BEACH

Como se decía en aquel viejo programa de televisión: “Por  25 pesetas, actividades deportivas que pueden desarrollarse en una playa durante el invierno: Correr, Surfear, jugar a las palas, fútbol, montar a caballo, jugar al golf, gimnasia,….caminar (lo damos por bueno), sacar a pasear  al perro (idem) y….por supuesto… mountainbike".

Pues sí, todas estas actividades se estaban desarrollando en la playa de Salinas el pasado domingo y eso que faltaban los clásicos vóley y nadar… ni que decir tiene que lo de mountainbike iba por mí.


Ahora que ya he empezado mi plan de entrenamiento y me dedico a hacer un poco de base, siempre busco un recorrido llano para poder mantener siempre el mismo ritmo y controlar las pulsaciones. La zona más cercana que cumple estas características pasa por Salinas y la idea de bajar a la playa a pedalear ya me venía persiguiendo las últimas veces que estuve por la zona.


La playa de Salinas es un lugar idóneo, es una playa suficientemente larga y queda cerca de casa. Si alguna vez habéis pedaleado en arena ya sabréis que es un ejercicio importante, ya que la arena frena el avance. Lo cual obliga a mantener el pedaleo continuo y la resistencia hace que tengamos que imprimir una fuerza extra a nuestras pedaladas. Te permite llevar un ritmo constante y mantener tus pulsaciones dentro de los límites que deseas. Podéis decir, eso también lo tengo en un rodillo… pues  sí, pero pedalear en una playa y más en una con la actividad de esta, te permite por un lado disfrutar del aire libre, del relajante ruido de las olas y entretenerte con las actividades que disfrutan otras personas mientras entrenas.

Como punto negativo siempre está el salitre y el daño que hace a la mecánica de las bicis, lo cual hace fundamental una limpieza a fondo después del ejercicio. Por otro lado, para que el ejercicio se desarrolle en las condiciones óptimas es necesario que la arena se encuentre mojada, compacta y alisada por la acción del mar, ya que el entrenamiento no se trata de desarrollar el equilibrio o una lucha infernal por mantenerse encima de la bici. La arena no uniforme o seca supone un gran hándicap para cualquier ciclista que quiera avanzar sobre ella, las ruedas se hunden y derrapan en exceso...ya estamos hablando ya de un ejercicio de equilibrio.

A mí la experiencia me ha gustado y por supuesto que si se siguen dando las condiciones no será la última vez que baje a pedalear a la playa.

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