martes, 1 de octubre de 2013

TE VAS A QUEDAR EN LOS HUESOS

Un día un compañero, al ver que en los últimos meses había adelgazado de manera notoria, me animó a contar “mis secretos” en mi blog… quizás este sea un buen momento , antes de retomar definitivamente la actividad ciclista. Aunque ya adelanto que si alguien busca una dieta milagrosa, algo que no haya escuchado antes o un estudio científico va a quedar enormemente defraudado con esta entrada.



Lo cierto es que desde hace tiempo me estaba rondando la idea de escribir algo sobre lo decisivos que son esos kilitos de más, o de menos,  a la hora de pedalear y contar mi experiencia este año. Pero estaba esperando al reconocimiento de mi madre, siempre atenta a si estoy gordo, delgado o gozo de buena salud.

Pero ya tardaba, llevaba ya unos meses escuchando frases alentadoras “¡Qué delgado estás¡” “Has adelgazado ¿verdad?” …en la óptica, que en el supermercado, lo mismo un ex-compañero de trabajo, que un compañero de rutas… bueno, estos últimos suelen utilizar la palabra “fino” para reconocer que no solo lo aparentas sino que se nota a la hora de pedalear.

Lo que se dice delgado no he estado en ningún momento del año pero si lo comparamos con los meses precedentes…

…La historia comenzó allá por diciembre de 2012,… 88 kilos para 1,77 m de altura, más propios de un luchador de sumo que de un ciclista, aunque sea aficionado. Unas vacaciones sin bici y disfrutando de las variedades gastronómicas y finalmente los excesos de las fiestas Navideñas me llevaron a ese peso, fueron unos 5 meses de caída libre, aderezados con muy poca actividad física.

Peso el 01 de enero de 2013.

Muchos kilos para alguien que pretendía hacer pruebas de más de 100 kms y 5.000 m. de desnivel acumulado sobre una bicicleta ….. Las leyes físicas afectan de manera especial al rendimiento del ciclista… a nivel profesional el peso es una obsesión (vatios/kilo, kilo/cm… ) y es que el peso es determinante sobre todo cuando el recorrido se pone cuesta arriba.

La experiencia de otros años me decía que por debajo de 78 kilos mis prestaciones sobre una bici mejoran de manera significativa. Así que tenía que perder algo más de 10 kilos en 4 meses si quería llegar a los retos de primavera con garantías de éxito.

En la salida Asturtemplaria (dic. 2012).

Empecé a leer literatura al respecto. Hay muchos libros interesantes y la red está llena de artículos, muchos específicamente orientados al ciclismo.

Lo primero que descubres, es que, al contrario de la creencia popular, no hay dieta más difícil que la de un deportista. Hacer una dieta para una persona sedentaria con pocas necesidades energéticas es relativamente sencillo así se ven  muchas dietas extremas que harían añicos la salud de un deportista y de paso arruinar su temporada… las hay que eliminan totalmente proteínas, hidratos de carbono y por supuesto grasas… lo que sea…otra cosa es que luego se puedan seguir y mantener en el tiempo, ya sea por el desgaste físico y/o psíquico que producen.

Así pues, no  quería seguir una dieta estricta, no creo en ellas, me refiero a esas que suponen un sacrificio tan enorme que terminas por abandonarlas y el efecto rebote es más demoledor que la situación de partida, estoy cansado de verlo. Buscaba una situación de equilibrio en la que primero alcanzara un peso aceptable y luego pudiera mantener sin mucho esfuerzo.

Marzo 2013.

Un sencillo cálculo para saber que si quería llegar con un peso aceptable a los primeros maratones BTT tenía que perder peso a ritmo de medio kilo por semana. En principio, si se hacía de manera progresiva y con la ayuda de los entrenamientos no iba a suponer un gran sacrificio. Me preocupaba el hecho de que muchas veces al perder peso, se pierde masa muscular y por lo tanto potencia.

Tras leer aquí y allá me quedé con un puñado de ideas sencillas y que todo el mundo conocemos, pero muy reveladoras y que me ayudaron enormemente a conseguir mi objetivo:

Come en función de tu actividad física: Evidente ¿verdad? …pues no lo debe ser tanto cuando tengo compañeros que salen a hacer entrenamientos y rutas exigentes sin desayunar. Esos días hay que recargar pilas más de lo normal. En mi opinión, salir sin desayunar un día que te vas a exprimir es una salvajada para el organismo, aparte de que lo más seguro que a mitad te quedes sin fuerzas y no puedas entrenar según lo previsto.

Se trata de comer alimentos que proporcionen energía y no sean pesados de digerir. Otra cosa distinta es que salgas en ayunas un día que solo sales a rodar, en este caso tampoco viene mal para ir consumiendo esas reservas de grasa tan anti-estéticas.

Igualmente, al regresar de una buena salida o entrenamiento hay que darle al cuerpo lo que necesita para recuperarse, aprovechando lo que llaman la ventana metabólica. Dicen que hasta dos horas después, ya que lo que comas se dedicará a recuperar el cuerpo del ejercicio y no a engrosar las reservas.

 Lo ideal es hacer un estudio de cuáles son las necesidades calóricas… yo eso de contar calorías, como el anuncio, lo llevo bastante mal, así que a ojo de buen cubero.

En abril ya andaba rozando los 80 kilos.

Creo que subestimamos el refranero popular desde siempre nos ha dado las pautas y muchas de las soluciones a nuestros problemas. “Al que madruga Dios le ayuda”, "Come poco y cena temprano si quieres llegar a anciano",“Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”…. estoy convencido que este último es una de las claves.

No hay alimentos prohibidos. Si lees mucho sobre el tema puedes acabar loco. Lo que para unos autores es veneno, para otros es el camino a la salud, incluso para un deportista las grasas son de gran utilidad y están directamente relacionadas con la absorción de vitaminas como la A,D, E y K. Así que la conclusión más obvia… hay que comer de todo.

Aún así, existe consenso en aquellos alimentos más perjudiciales, esos que todos conocemos y que saben tan ricos: embutidos, pasteles, bollería industrial, bebidas azucaradas.... Pero aún en estos hay algún autor que se desmarca con afirmaciones como, por ejemplo, que las grasas saturadas son buenas para el organismo.

No lo pongo en duda, pero lo que si tengo claro es que un alimento cuanto más se aleje de su estado natural es más perjudicial y que algunos aunque sean naturales su  abuso no debe ser muy bueno… aún así, en mi opinión, de prohibirlos nada, sobre todo si te gustan y son un verdadero manjar.

Por suerte, no me gustan los pasteles, pero si otros de los incluidos en la lista negra, que en mi caso he limitado pero en ningún caso he eliminado de mi dieta. Como siempre la conclusión es que hay que comer de todo y mantener a raya aquellos que pueden resultar “dañinos”.

En "Los 101 peregrinos" con 10 kilos menos.

Cambiando de tercio, he leído por ahí que hay estudios que demuestran que dormir bien desencadena los procesos para que nuestro organismo procese adecuadamente las grasas…vamos que esto ya es el chollo, ¡¡¡perder peso durmiendo!!!… pues sí, según algunos estudios, las personas que duermen bien adelgazan y se mantienen en su peso. Pues en mi caso que por esto no quede, a dormir entre 7:30 - 8:00 horas, que para mí es lo óptimo.

No hay que ser un lumbreras para darse cuenta lo que hay detrás de las ideas expuestas, no es otra cosa que llevar una vida ordenada, sin grandes excesos ni en un sentido ni en otro. Y es que todos conocemos casos de gente con sobrepeso que lleva dietas muy drásticas, para después dejarlas y darse a los excesos…ese tobogán metabólico es un castigo que ningún organismo se merece.

Comparativa Diciembre 2012 - Mayo 2013.

Claro yo no tenía prisa en bajar peso y además iba a combinarlo con actividad física (que muchas veces el trabajo y obligaciones familiares nos impiden). Así que en dos o tres semanas de seguir estas pautas empecé a perder peso al ritmo deseado.

Para no obsesionarme, únicamente me pesaba una vez a la semana, los viernes (para evitar el "efecto fin de semana"), cuando me levantaba, en ayunas y con "todo" hecho, que es la mejor forma de pesarse para evitar "interferencias" en el peso. En mayo me presenté a los “101 peregrinos” con 10 kilos menos y todavía perdería tres kilos más en los meses sucesivos, alcanzando un peso mínimo de 74,6 kgr. a mediados de Julio. Ahora sin esfuerzo y tras un periodo de casi dos semanas sin hacer deporte sigo por debajo de la línea roja de los 80 kgr. así que creo que he encontrado mi punto de equilibrio.

Mi menor peso este año, allá por Julio.

En cuando a los resultados a la hora de pedalear, son evidentes. Para controlar mis progresos cada cierto tiempo hago unos recorridos marcados y “estudio” pulsaciones, tiempo, etc. Solo decir que en la subida que va desde Santoseso  a  la Roñada en un tramo de algo más de 7 kms rebajé el tiempo en casi 5 minutos en 5 meses (11 kilos menos separan ambas marcas) y en más de un minuto frente a los mejores registros de otros años. Queda patente la importancia del peso en este deporte.

En cuanto a las carreras en las que participe, analizando mis actuaciones en este año, realmente en ninguna di el verdadero nivel que tenía en mis piernas, y eso que en todas mejoré tiempos y prestaciones, a parte de no sufrir en exceso, pero luego existen otros factores: motivación, objetivos, condiciones climatológicas o simplemente suerte que condicionan el resultado.

En la clásica de los Lagos de Covadonga (Jun. 2013).

Creo que la conclusión final de todo este proceso es que, por lo menos en mi caso, se puede bajar peso sin necesidad de ninguna dieta especial, únicamente siendo un poco más ordenado y siguiendo unos hábitos más saludables... Ah, y finalmente un día de Agosto, mi madre me dijo eso de “Te vas a quedar en los huesos”.

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