Hoy pedaleo en paralelo con dos "habituales" que discuten airadamente sobre la situación política y económica del país.
Al final, uno de ellos acude a mí... "¿Tú no eras economista? ¿Puedes explicarnos que está pasando en este puñetero país?"
Yo poco amigo de hablar de política les respondo "ni lo sé, ni lo entiendo compañero, te lo digo en serio".
Seguimos pedaleando y entonces se me ocurre contarles una de mis fábulas. "¿No conocéis la fábula del ciclista García?".
"¿El ciclista García?"... pues no.
Sí, el ciclista García corre en un equipo europeo, últimamente ha
mejorado un montón, algunos de sus compañeros se sorprenden y alguno le mira
con envidia, pero la mayoría piensan que “se mete” algo.
El ciclista García es engreído y ahora que anda, cualquiera lo aguanta
en el equipo. Lo cierto, es que es algo “bipolar” a veces sus acciones se guían
por su hemisferio izquierdo más positivo e iluso y otras por su hemisferio
derecho, más conservador.
Estamos en la etapa reina y al ciclista García le gusta exhibirse, como
siempre, sobre todo ahora que se encuentra en forma, y aunque su directora de
equipo (Angela, una alemana de cuidao) le avisa que guarde fuerzas para el
puerto, “categoría especial”, él sigue dejándose ver al frente del pelotón,
aunque nunca ha sido un gran rodador.
Llega el temido puerto y como se encuentra con la moral alta lo sube a
plato, llegan las rampas duras y sigue subiendo con todo el desarrollo metido
diciéndose a sí mismo “este puerto no puede durar mucho, seguro que lo corono
pronto”.
Tanto abusar de desarrollo que García gasta fuerzas innecesariamente,
hasta que el tío del mazo le pega de lleno, no queda mucho de puerto, pero
lamentablemente García no tiene fuerzas para pedalear más.
Angela desde su Mercedes dirige al equipo en carrera, al ver a García,
pregunta a los compañeros.
-¿tenéis barritas energéticas?, este españolito abandona antes de coronar.
-No sé a mi me quedan dos y no voy muy sobrao – responde François, un
nuevo ciclista francés que promete mucho.
-Además ya dimos dos barritas a Panagiotis y mira cómo va – señalan
Mark y David mientras miran a su compañero griego como sube las rampas a pie…
este abandona fijo.
Tras mucho debatir Angela se acerca a García que va ya medio muerto e
intenta convencerle de que meta plato pequeño y le da dos barritas, mientras le
dice “estas barritas las hemos juntado entre todos nos las pagas en meta”… total
ya estamos coronando, malo ha de ser que no llegue. Entra en acción el lado
conservador del cerebro de García y mete plato pequeño para hacer el último
kilometro de la ascensión.
Por fin corona el puerto, de aquí a meta todo es cuesta abajo, en la ascensión
las piernas de García han perdido muchas fuerzas (calculo que se han reducido
en más del 20%).
Mientras los compañeros de García hablan con Angela… “no llega, lo
vemos muy cansado y conociéndolo este se nos lanza cuesta abajo y termina de
romper o se nos cae en el peligroso descenso, que lo vemos un poco grogui, y si
no llega no podrá pagarnos las barritas y geles que le hemos dado.
Así que Angela grita a García airadamente a través del pinganillo
“Frena, frena, a donde vas!!!” La lógica de García le dice que debe meter plato
grande y lanzarse al descenso, pero si la directora y compañeros de equipo
dicen que frene pues frena, que para eso me han dado las barritas energéticas.
Así que frena con todas sus fuerzas.
El terreno es cuesta abajo y sigue pedaleando con las pocas fuerzas que
le han dado las barritas que se acaba de comer, pero como va frenando no va bajando muy rápido. Le adelanta un
participante americano y le dice… “no frenes tanto que así no vas a llegar a meta, no ves
yo me dejo caer y casi sin esfuerzo voy a llegar antes que tú”.
Los compañeros esperan ansiosos en la línea de meta para recibir el
pago de sus barritas, pero García va frenando tanto que a pesar de que va
cuesta abajo, va casi parado y le cuesta incluso mantener el equilibrio. Cuando
llegue el llano si sigue frenando así terminará por pararse… sus compañeros
tienen dudas de que llegue, se está haciendo de noche y si esto sucede además
habrá que dejarle las luces y darle más barritas.
"¡Vaya tontería de historia Trappist! ¡Habría que ser gilipollas!
"Pues eso" - Contesto con cierta desgana.
Seguimos dando vueltas a la pista, ya he estirado las piernas y es hora de irme. Me despido de mis compañeros y me voy a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario