jueves, 24 de octubre de 2013

LA FABULA DEL CICLISTA GARCIA

Tras un fin de semana de BTT intenso, decido ir a la pista a estirar las piernas. Tras varios meses asistiendo regularmente ya me conozco a casi todos los que pululan por ahí y fácilmente entablo conversación con muchos de ellos.



Hoy pedaleo en paralelo con dos "habituales" que discuten airadamente sobre la situación política y económica del país.

Al final, uno de ellos acude a mí... "¿Tú no eras economista? ¿Puedes explicarnos que está pasando en este puñetero país?"

Yo poco amigo de hablar de política les respondo "ni lo sé, ni lo entiendo compañero, te lo digo en serio".

Seguimos pedaleando y entonces se me ocurre contarles una de mis fábulas. "¿No conocéis la fábula del ciclista García?".

"¿El ciclista García?"... pues no.


Sí, el ciclista García corre en un equipo europeo, últimamente ha mejorado un montón, algunos de sus compañeros se sorprenden y alguno le mira con envidia, pero la mayoría piensan que “se mete” algo.

El ciclista García es engreído y ahora que anda, cualquiera lo aguanta en el equipo. Lo cierto, es que es algo “bipolar” a veces sus acciones se guían por su hemisferio izquierdo más positivo e iluso y otras por su hemisferio derecho, más conservador.

Estamos en la etapa reina y al ciclista García le gusta exhibirse, como siempre, sobre todo ahora que se encuentra en forma, y aunque su directora de equipo (Angela, una alemana de cuidao) le avisa que guarde fuerzas para el puerto, “categoría especial”, él sigue dejándose ver al frente del pelotón, aunque nunca ha sido un gran rodador.

Llega el temido puerto y como se encuentra con la moral alta lo sube a plato, llegan las rampas duras y sigue subiendo con todo el desarrollo metido diciéndose a sí mismo “este puerto no puede durar mucho, seguro que lo corono pronto”.

Tanto abusar de desarrollo que García gasta fuerzas innecesariamente, hasta que el tío del mazo le pega de lleno, no queda mucho de puerto, pero lamentablemente García no tiene fuerzas para pedalear más.

Angela desde su Mercedes dirige al equipo en carrera, al ver a García, pregunta a los compañeros.

-¿tenéis barritas energéticas?, este españolito abandona antes de coronar.

-No sé a mi me quedan dos y no voy muy sobrao – responde François, un nuevo ciclista francés que promete mucho.

-Además ya dimos dos barritas a Panagiotis y mira cómo va – señalan Mark y David mientras miran a su compañero griego como sube las rampas a pie… este abandona fijo.

Tras mucho debatir Angela se acerca a García que va ya medio muerto e intenta convencerle de que meta plato pequeño y le da dos barritas, mientras le dice “estas barritas las hemos juntado entre todos nos las pagas en meta”… total ya estamos coronando, malo ha de ser que no llegue. Entra en acción el lado conservador del cerebro de García y mete plato pequeño para hacer el último kilometro de la ascensión.

Por fin corona el puerto, de aquí a meta todo es cuesta abajo, en la ascensión las piernas de García han perdido muchas fuerzas (calculo que se han reducido en más del 20%).

Mientras los compañeros de García hablan con Angela… “no llega, lo vemos muy cansado y conociéndolo este se nos lanza cuesta abajo y termina de romper o se nos cae en el peligroso descenso, que lo vemos un poco grogui, y si no llega no podrá pagarnos las barritas y geles que le hemos dado.

Así que Angela grita a García airadamente a través del pinganillo “Frena, frena, a donde vas!!!” La lógica de García le dice que debe meter plato grande y lanzarse al descenso, pero si la directora y compañeros de equipo dicen que frene pues frena, que para eso me han dado las barritas energéticas. Así que frena con todas sus fuerzas.

El terreno es cuesta abajo y sigue pedaleando con las pocas fuerzas que le han dado las barritas que se acaba de comer, pero como va frenando no va bajando muy rápido. Le adelanta un participante americano y le dice… “no frenes tanto que así no vas a llegar a meta, no ves yo me dejo caer y casi sin esfuerzo voy a llegar antes que tú”.

Los compañeros esperan ansiosos en la línea de meta para recibir el pago de sus barritas, pero García va frenando tanto que a pesar de que va cuesta abajo, va casi parado y le cuesta incluso mantener el equilibrio. Cuando llegue el llano si sigue frenando así terminará por pararse… sus compañeros tienen dudas de que llegue, se está haciendo de noche y si esto sucede además habrá que dejarle las luces y darle más barritas.

Y mientras, García sigue frenando con todas sus fuerzas a la vez que se repite una y otra vez “venga piernecitas seguir pedaleando que ya estamos llegando a meta” pero sus piernas han perdido todas sus energías luchando inútilmente contra una bici totalmente frenada.



"¡Vaya tontería de historia Trappist! ¡Habría que ser gilipollas!

"Pues eso" - Contesto con cierta desgana.

Seguimos dando vueltas a la pista, ya he estirado las piernas y es hora de irme. Me despido de mis compañeros y me voy a casa.

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