El sábado salida con los
colegas, el domingo rodillo, el lunes y martes pista… y claro ayer por la noche estaba
agotado y eso que de momento sigo haciendo base, que buena falta me hará para el Soplao, Peregrinos, Jinetes y demas Desafios. Así que hoy toca descanso. Aún así, me
apetece dar un paseo en bici hasta el Niemeyer por el carril bici.
Me dirijo al garaje a por la
bici, el semáforo está en rojo, pero no viene ningún coche y cruzo. Al otro
lado de la calle una madre y su hija, de no más de 5 años, espera pacientemente a
que el semáforo se ponga en verde. Cuando termino de cruzar oigo decir a la
niña “¿porqué ha cruzado ese señor el semáforo en rojo?”
Si esta frase la hubiera dicho un
adulto hubiera seguido a lo mío sin prestar atención, pero lo dijo una cría, a
la que sin duda di mal ejemplo. Esto me hace recapacitar… “Hoy voy a ser
cívico!!!”
Monto en mi bici y aunque para el
recorrido que voy a hacer no es obligatorio, me pongo el casco. A mi paso el
semáforo se pone en rojo y paro como es de ley. Inicio el recorrido por el
carril bici por un lugar estrecho donde hace tiempo había una señal, que alguien arrancó, donde recomendaba ir bajado de la bici para no perjudicar a los
peatones que pasean por el camino, así que es lo que hago.
Pasada la zona estrecha vuelvo a
montar en la bici y me dispongo a disfrutar de ese paseo que tanto me apetece.
Hoy no voy a ir por el carril a altas velocidades, como suelo hacer… y es que
siempre voy a algún sitio con prisa. Hoy circulo a una velocidad adecuada a un
lugar donde hay ancianos paseando, gente haciendo footing, niños jugando y dueños
con sus perros.
Una mujer que iba comiendo un
bocadillo tira el envoltorio entre la vegetación que hay al lado del camino,
ahí para que no se vea. Dudo si decirle algo, otro día le habría dicho
que se le había caído una bolsa y que por favor la recogiera, pero solo acabo
de empezar mi paseo y no quiero ponerme ya de mal humor, así que sigo mi
camino.
Ya estamos en lo de siempre, ¿que
enigmático poder de atracción tiene el carril bici, que todos los peatones van
por él aún teniendo su propio carril al lado? es increíble, pero si el lugar
habilitado a peatones va vacio y el carril bici está lleno de gente andando… los esquivo,
no quiero ser borde.
Me dispongo a pasar por el paso
de cebra y un coche que se ha saltado claramente el semáforo en rojo casi me
lleva por delante, encima gesticula como si el que hubiera cometido infracción
fuera yo.
Tengo sucias las gafas así que
saco un kleenex y las limpio, miro a ver si hay cerca una papelera y como no
hay ninguna guardo el pañuelo en el bolsillo. Empiezo a fijarme en lo sucio que
está el paseo de la ría de Avilés: papeles, colillas, envoltorios, cacas de
perro… ¡pero que guarros somos la gente!
Tardaba en aparecer el típico
paisano en bici, que como voy de paseo, llevo una bici cutre y unas pintas de globero de cuidao (la mía
claro) me sprinta y me desafía cuando me adelanta, hoy no me pegaré a su rueda
hasta que reviente, hoy quiero seguir disfrutando de mi apacible paseo.
Llego al Niemeyer me doy unas
vueltinas alrededor, un joven que está bebiendo una cerveza deja la lata en el
suelo, parece que hoy todo el mundo se ha enterado que iba a escribir esta
entrada y están mostrando sus “mejores” costumbres.
Regreso a casa y por el camino
una chica camina por el carril bici, cuando paso al lado digo un “Cuidado, voy
por la derecha” la chica lleva cascos puestos y sin percatarse de que estaba
pasando en ese momento realiza un movimiento que me obliga a hacer un quiebro
imposible que casi me hace caer. Le comento cortésmente que ir por el carril
bici y con auriculares no me parece una opción
muy segura y que cualquier día un ciclista (puede que yo) le va a atropellar.
La chica me contesta con un “gilipollas” casi igual de cortes que mi
observación.
Tiro para adelante, antes que
esto se convierta en una discusión. Ahora perfecto, lo que me faltaba, un grupo
de mujeres de cierta edad están paradas taponando el carril bici, haciendo
esfuerzos por ser amable les pido que si me dejan pasar, pero ni caso, así que
inicio mi movimiento para atravesar la turba. Una de ellas me increpa diciendo que vaya
impaciente que soy….
Sigo malhumorado, pedaleando
rápido, sin preocuparme de si es la velocidad adecuada o no. Un hombre está
meando en la barandilla del carril, ahora si le censuro por ello. En la zona que antes
me bajé por era muy estrecha ahora no lo hago, una señora con un carrito tiene
que apartarse como puede. Eso sí, le doy las gracias y para llegar a casa cruzo
de nuevo el semáforo en rojo.
Luego nos quejamos de la
educación de los niños y jóvenes de hoy en día, viendo lo de hoy, tienen muchos
buenos ejemplos en los que fijarse, entre los que me incluyo. Somos maleducados y perdemos los buenos modos a la primera de cambio... aunque nos propongamos por un solo día ser cívicos.
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