EL CASO ARMSTRONG

Permitirme escribir unas palabras sobre este caso… otro más de una larga lista que vuelve a convulsionar el mundo del ciclismo. Ayer la UCI ratificó que Lance Armstrong va ha ser borrado de la historia del ciclismo, quitándole de un plumazo los siete “Tours” de Francia que ganó entre 1.999-2.006.

Podríamos empezar por la hipocresía que rodea al deporte profesional en general y al ciclismo en particular, del negocio, del espectáculo y del sistema antidopaje; que cada cierto tiempo busca una cabeza de turco para demostrar que el sistema funciona. Este es un tema que podría, en si mismo, ser objeto de una entrada en este blog, pero quiero centrarme en el caso Armstrong.

He de empezar diciendo, que Lance Armstrong nunca fue santo de mi devoción, quizás por ese carácter con el que ha hecho tan pocos amigos. Pero como deportista era/es digno de admiración. Su dedicación, capacidad de sacrificio y forma de competir crearon una de los grandes iconos de este deporte.

Recuerdo a aquel joven que corría por primera vez el Tour, corredor con mucha clase, pero en el que nunca hubiera pensado como ganador de la ronda gala. Un día nos llegó la noticia de su enfermedad y años después nos alegramos de su regreso al ciclismo.

Personalmente siempre me ha sorprendido que le dejaran competir a pesar de que el tratamiento contra su enfermedad le pudiera inhabilitar para tener “un pasaporte biológico” limpio. Siempre pensé que en cierto modo esto le daba ventaja frente al resto… pero se le dejó participar dentro de la absoluta legalidad.

Había que vender el ejemplo de superación frente al cáncer.  Además  la creación de su fundación y su marca “livestrong”, le hacían más merecedor si cabe, de encumbrarlo como icono del ciclismo y deportivamente poco más ahí que decir, inconmensurable, sus victorias hablan por él. Ahora es fácil arremeter contra él, pero entonces, cuantos intereses y cuanto dinero generó su figura durante aquellos años.

Lo que me sorprende es la actitud de la UCI, a Lance Armstrong se le hicieron cientos de controles anti-doping y en ninguno dio positivo. Eso sí, muchos rumores, como los que siempre rodean a los que ganan con tanta superioridad: aquella crema que ni siquiera necesitaba receta médica y que por entonces estaba dentro de la legalidad y aquel positivo en Suiza que no recogen ni la UCI ni la federación Suiza y eso que fueron ellos quien hicieron la prueba… todo rumores, nada a lo que agarrarse.

En todo caso, no olvidemos que el código anti-dopaje mundial, que es en el que se basa la UCI, establece una prescripción de los delitos de este tipo de 8 años, esto haría que no pudieran quitarle sus victorias más allá del 2004.

Pues bien, a pesar de todo ello y de estar dentro de las “normas del juego”, desde hace unos meses… años, hemos observado una auténtica persecución por parte de la USADA, parece que han tenido que buscar hasta debajo de las piedras y tras no encontrar ninguna prueba más tangible, han ofrecido inmunidad a todo aquel que testificara en su contra y finalmente han tenido que recurrir al testimonio de sus excompañeros , que por cierto, no debían de tener a Lance Armstrong en muy buena estima.

La UCI ha tenido la oportunidad de abrir un hueco a la esperanza del ciclismo, de esos aficionados que seguimos soñando con grandes gestas y de esos jóvenes que algún día quieren ser ciclistas profesionales… pero la han desaprovechado. Es más, han sido tan cobardes que no han querido defender ni sus propios argumentos y reglas, con las cuales hoy Lance Armstrong seguiría siendo uno de los grandes hitos de este deporte. Al final el gran derrotado es el ciclismo.

 No dudo que Lance Armstrong se dopara, quizás no más que la inmensa mayoría de los deportistas de élite. Los sponsors quieren ver su marca en lo más alto, los aficionados necesitamos eso de “más rápido, más alto, más fuerte…” para alimentar nuestros sueños y admiración…  forma parte del negocio, del espectáculo… su trabajo es ese y para limpiar nuestras mentes solo ponemos una reglas muy sencillas… si dais positivo estáis hundidos… o no, porque siempre habrá a quién no interese mostrar como un impostor, que casos también hay.

Hoy me he vuelto a poner la pulsera “Livestrong” pero quizás más frente a la hipocresía…. para mí ayer no se reescribió la historia del ciclismo, Lance Armstrong, ganó sus Tours de Francia donde tenía que hacerlo, sobre una bici y ahora se los acaban de quitar ni siquiera en un laboratorio, sino en los despachos. En mi mente, sigue el recuerdo de ese gran ciclista que fue, junto a otros que llenaban las tardes de julio y me hacían soñar…. Gracias Lance!!!